09 May SITUACIÓN ACTUAL DE LAS RESIDENCIAS RESPECTO A LA COVID-19 EN LA COMUNIDAD VALENCIANA.
La Covid-19 ha golpeado duramente a las residencias de personas mayores, más concretamente a sus usuarios, personas de salud vulnerable, con enfermedades de base y edad avanzada, población diana del virus.
La imagen de estos centros mostrada en los medios de comunicación ha provocado mucha polémica y debate respecto al trabajo realizado en las residencias, los cuidados que en ellas realizamos y el modelo asistencial actual.
Nos gustaría, con estas gráficas, poder mostrar, de una manera global y con perspectiva, las consecuencias (hasta ahora) de la Covid-19 en las residencias de la Comunidad Valenciana. No se distingue aquí, pues no lo ha hecho el virus, si las residencias son públicas, concertadas o privadas, del sector solidario o del empresarial.
Vaya por delante decir que las personas usuarias de residencias no son números, pero volcarlos en gráficas puede ayudarnos a visualizar la realidad del sector respecto a la Covid-19 y valorar el trabajo, tanto de prevención de la enfermedad como de actuación, cuando no se ha podido evitar la entrada del virus en el centro (en nuestra opinión más por mala suerte que por mala praxis). Tomemos los datos ofrecidos por la administración actualizados a 7 de mayo de 2020:
Actualmente, 67 de las 327 residencias existentes en la comunidad tienen brotes activos y 260 de ellas están libres del virus.
La vigilancia activa y continua de síntomas, junto a las medidas de aislamiento, distancia social y desinfección intensiva y constante han permitido cerrar 89 brotes desde que empezó la pandemia quedando 67 activos, 30 de ellos bajo control de vigilancia por parte de la Consellería de Sanidad (las, creemos, mal llamadas residencias “intervenidas”).
En cuanto al cómputo global de residentes afectados y confirmados como positivos por coronavirus, el número es de 2202 personas, de las 26700 plazas residenciales, un 92% no se han visto afectados por la enfermedad a lo largo de la pandemia hasta esta fecha.
Hay que tener en cuenta que las residencias están diseñadas para socializar y cuidar, no para aislar y curar, esa es función de los hospitales. Estructuralmente suelen tener habitaciones dobles, comedores comunes, salones, gimnasios, baños compartidos, ascensores, jardines, mobiliario común… A esto se añade la dificultad para mantener aisladas (y por tanto con menos vigilancia) o con medidas de protección a personas con deterioro cognitivo, con dificultades para la movilidad o trastornos de conducta; debemos por tanto entender la dificultad para contener el virus una vez entra en el centro.
Otro de los grupos afectados por el virus ha sido el de los trabajadores (trabajadoras en su gran mayoría) de residencias. La falta de EPIs adecuados (imposibles de encontrar en la fase más virulenta de la pandemia) y el estrecho contacto necesario para realizar las tareas de cuidados ha hecho que se produjeran contagios dentro de los centros. Este hecho, a su vez, ha mermado las plantillas de las residencias en los momentos de más necesidad, que junto al éxodo de profesionales a la sanidad pública (con condiciones mucho mejores) ha dificultado en muchos casos el poder contratar al personal necesario para la atención a los residentes, que en esta situación hubiese sido por encima de ratio.
Según los datos oficiales, de los 13350 trabajadores de residencias, se han contagiado durante este periodo 688, un 5% del total.
La cifra más dura a la que nos enfrentamos es la de las personas fallecidas por Covid-19 en los centros, 488 personas, usuarios de residencias de mayores, han fallecido como consecuencia del virus. En términos porcentuales son un 1,8% de los residentes.
Esta cifra representa un 37% de las 1315 personas fallecidas por Covid-19 en la Comunidad Valenciana.
Es obvio que el grupo de edad y patologías del usuario habitual de residencias ha sido el más afectado, personas en su gran mayoría muy dependientes, mayores de 85 años y con pluripatologías crónicas, pero es importante destacar un dato del que se pueden extraer algunas conclusiones, la tasa de mortalidad y más concretamente la tasa de mortalidad por edades, es decir, el número de fallecidos dividido por el número de personas diagnosticadas.
En este sentido, y si tomamos como referencia las personas mayores de 70 años, vemos que la tasa de mortalidad en las residencias está 3,15 puntos por debajo respecto a la de la población general; es más, si analizamos la tasa de mortalidad en mayores de 80 años (media más aproximada de edad de los usuarios de residencias), la diferencia es de 7,34 puntos por debajo de la población general.
Sirva este dato para romper una lanza en favor del gran trabajo que se está realizando en las residencias; todas ellas se han adaptado a la situación contra reloj, superando muchas condiciones adversas para contener al virus y cuidar con todos sus medios a las personas que allí conviven.
Con estos datos pretendemos poner sobre la mesa una visión objetiva de lo sucedido en las residencias durante la pandemia, con algún pequeño apunte subjetivo obtenido de la experiencia como profesionales del sector. De aquí se pueden hacer distintos análisis, debatir sobre causas y consecuencias, sacar conclusiones de lo ocurrido o valorar hacia donde debemos enfocar los esfuerzos y hacia qué modelo de residencias debemos avanzar…queda mucho trabajo por delante, sigamos cuidando.
Ester Micó. DUE/Fisioterapeuta.
Asociación Dignitas Vitae. info@dignitasvitae.es
fuente: Datos 7 Mayo de 2020 Sanidad y Salud Pública GVA
Sergio Cañellas
Posted at 15:36h, 09 mayoImportantísimo análisis felicidades
Jose Javier Galiano
Posted at 08:30h, 10 mayoMuchas gracias Sergio.